«Y vosotros,
hermanos, no os canséis de hacer el bien» (2 Ts. 3:13).
1. Un resumen de la vida cristiana:
«La Escritura nos llama a «hacer el bien».
a) El trabajo
religioso es hacer el bien: predicar, enseñar, escribir libros y cartas,
dar clases bíblicas, distribuir tratados, hacer obra personal, la oración
privada, la alabanza, etc.
b) Una obra de
caridad también es hacer el bien: los pobres, las viudas y los huérfanos,
los ignorantes, los enfermos, los caídos, los despreciados, han de ser objeto
de nuestra tierna atención y cuidado.
Todo lo que se haga con el sentido del deber, con
dependencia de Dios, con fe en Su Palabra, por amor a Cristo, en buena voluntad
para con los demás, y pidiendo la dirección del Señor, es hacer el bien.
2. Una advertencia en
cuanto a cansarse de hacer el bien:
a) Los malos ejemplos
llevan a los Trabajadores a la holgazanería (v. 11).
b) Los entrometidos y
las personas que andan desordenadamente en la iglesia, estorban a muchos de
su servicio diligente.
c) Los que causan
dificultades, como los hombres «perversos y malos», perturban a aquellos
que desean servir sinceramente al Señor (v. 2).
3. Un argumento en
contra del cansancio en hacer el bien:
a) No pierdas lo
que ya has conseguido.
b) Considera a los que son capaces de negarse, los demás por cosas inferiores: soldados,
luchadores, corredores de carreras, etc.
c) Recuerda que el ojo de Dios está sobre ti, Su mano está
contigo, también Su sonrisa, y que Él es el que te manda a servirle.
d) Refleja la
grandeza del servicio en sí mismo haciéndolo para el Señor y para Su gloriosa
causa.