RCCES. Es un camino entre otros, con que Dios está realizando un
Nuevo Pentecostés en su Iglesia...
MISIÓN:
PARTICIPAR EN LA OBRA EVANGELIZADORA DE LA IGLESIA
PROCLAMANDO A JESÚS COMO SALVADOR, SEÑOR Y MESIAS CON Y EN EL PODER DEL
ESPÍRITU SANTO PARA GLORIA DE DIOS PADRE.
OBJETIVO GENERAL:
VICIR UN ENCUENTRO CONCIENTE Y PERMANTENTE CON JESUCRISTO
VIVO, OPOR LA ACCIÓN Y GRACIAS DEL ESPÍRITU SANTO COMO CAMINO PERENNE DE
CONVERSIÓN, COMUNIÓN Y SOLIDARIDAD.
MEDIOS FUNDAMENTALES:
PARA CUMPLIR SUS OBJETIVOS LA RECCES ASUME 4 MEDIOS COMO
PROPIOS, (ASAMBLEAS DE ORACIÓN, KERIGMA, PEQUEÑOS GRUPOS DE ORCIÓN, CRECIMIENTO
O FORMACIÓN).
RECONOCIMIENTO ECLESIÁSTICO
LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA HA SIDO RECONOCIDA COMO UN
MOVIMIENTO DENTRO DE LA IGLESIA CATÓLICA POR DOS PAPAS: PABLO VI Y JUAN PABLO
II.
El Papa Juan Pablo II en 1979 dijo “Yo estoy convencido de
que este movimiento es un componente muy importante en la total renovación de
la Iglesia.”
Es la experiencia generalizada de la presencia del Espíritu
Santo entre los católicos, así como la manifestación de carismas
extraordinarios como el de profecía, hablar en lenguas y las sanaciones, aparte
de otros de evidente santidad, los que han caracterizado la Renovación
Carismática.
CARISMAS (Gracias Carismáticas)
Un carisma es simplemente “una gracia dada libremente por
Dios para edificar su Iglesia” en oposición a las gracias dadas para santificar
al individuo.
Todos estos carismas auténticos por ello están al servicio
del Cuerpo de Cristo, la Iglesia (1 Co 12,14). Como dones del Espíritu Santo,
son gracias sobrenaturales mas allá del esfuerzo humano y de la naturaleza
humana, algunos pueden fundamentarse en los talentos naturales del receptor
(Ej. la enseñanza).
Lo que el Nuevo Testamento nos dice sobre los carismas -los cuales
eran vistos como signos visibles de la venida el Espíritu Santo- no es
solamente historia antigua, terminada y concluida, sino que se convierte de
nuevo en algo de actualidad.
El Segundo Concilio Vaticano afirma la legitimidad de los
carismas, ambos ordinarios y extraordinarios.
San Pablo da una lista de los dones en 1 Co 12. Incluye
carismasordinarios como enseñanzas y administración, así como extraordinarios
como sanación, milagros y hablar en lenguas. Estas cosas por sí mismas no hacen
más santa a la persona, sino que le permiten servir a otros. Finalmente la
autenticidad de los carismas debe ser discernido. Es decir, Los encargados de
la Iglesia deben juzgar la autenticidad y el uso propio de estos dones.
Lo que hemos visto en nuestro tiempo es la aparición en la
Renovación Carismática, de un aparente derramamiento de los carismas
extraordinarios.
Esto no significa que uno tiene que ser carismático, que los
carismáticos son mejores católicos, ni que todos los supuestos carismas son
auténticos.
Pero, como ha hecho notar el Concilio, la Iglesia debe
respetar las obras de Dios, discerniendo los auténticos de los que no lo son.
Como el carisma no le da a la persona ninguna infalibilidad
ni santidad especial, dada la característica especial de dichos dones, es
especialmente necesario, para los individuos que los tienen, guardar la pureza
de su fe y ser menos orgullosos
El místico y doctor de la Iglesia San Juan de la Cruz, nos
advierte de no buscar estos fenómenos extraordinarios.
En la fe católica, la figura de la paloma representa al
Espíritu Santo.
EXAGERACIÓN DE LOS CARISMAS
San Pablo en Corintos demuestra que desde muy temprano enla
Iglesia, estos carismas son susceptibles a la exageración. Nos advierten de
este peligro.
El discernimiento de la acción del Espíritu Santo es una
necesidad constante dentro de la Iglesia y dentro de la Renovación Carismática.
La autenticidad de los carismas debe ser discernido. Es decir, Los encargados
de la Iglesia deben juzgar la autenticidad y el uso propio de estos dones.
DISCERNIMIENTO DE CARISMAS
Podemos llamar a esto la prueba doctrinal de los frutos.
La actividad del Espíritu Santo (incluídos los no católicos)
debe necesariamente tender hacia la verdad Católica y la unidad (doctrina y
práctica.
Los carismas son dados para la edificación de la Iglesia, no
hay ninguna conexión necesaria con la santidad personal. Santos, pecadores y
hasta no creyentes han manifestado estos dones.
Así que el estado moral del receptor (bueno o malo) no
indica por sí mismo un verdadero o falso carisma. Estando bajo la coacción del
Espíritu de Dios, no obstante el verdadero carismático no podría decir ni hacer
nada contrario al Espíritu.
Los sacerdotes y laicos asociados con la Renovación deben
ser los más adecuados para discernir cada caso por sí mismos, de acuerdo al
criterio teológico de la Iglesia y a la prudencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario